lunes, octubre 11, 2010

La pelea del año

Bienvenidos señoras y señores, niñas y niños… esta noche nos acompañará en el cuadrilátero, uno de los más grandes luchadores de todos los tiempos, el campeón de campeones, el único que ha derrotado por knock out a todos sus contrincantes; hoy, por ser una situación especial, ha prometido dar un buen espectáculo y dejar que su oponente tenga tiempo de ver a todo el público antes de caer…

Así gritaba la voz del hombre que anunciaba la pelea, yo estaba en el camerino, vestido con unos guantes que no eran míos, que eran demasiado grandes y luego demasiado pequeños, tenía un short (otra palabra en inglés que no quiero entender) que me apretaba hasta dejarme sin aliento, me envolvía una bandera a modo de bata, pero tenía un color extraño no lo había visto nunca, era una especie de rojo, café y morado, tenía unas letras gigantes de un dorado sucio y mal cuidado, que decían RETADOR; yo era el retador

En esta esquina, con no muchos kilogramos, ninguna pelea ganada en su haber y ya sin una sola moneda en el bolsillo… el retador…

Esa era la señal que anunciaba mi salida, o por lo menos eso me dijeron unos hombres grandes y musculosos cuando entré por esa puerta que tenía un letrero con la foto gigantesca de un hombre grande a quien llamaban el mundo.

Salí por el pasillo y llegué a un corredor donde ya se podía escuchar los gritos abucheadores de la gente, que deseaban lo peor para mí, que esperaban verme caer y reír con la satisfacción de no ser ellos los parados en el cuadrilátero.

En esta esquina, con más de doscientos mil millones de años sin conocer la derrota, el amigo de todos, el que nos da las mayores alegrías… El MUNDO

Yo sabía que estaba perdido, que había apostado todas mis fichas, que luego de esta noche ya no tendría que contar nada, solo podría decir que luché contra ese ser a quien llaman el mundo y que me derrotó, me humilló, que destruyó todo en lo que yo soñaba… sí, esa es la forma en la que ataca, primero te muestra las cosas que tu creías eran solo tuyas, y todo el público las ve, se burla, tu te sientes avergonzado… luego te muestra todo lo que tu amabas, y se las come… te muestra cómo sería tu vida si tus sueños se cumpliesen, si tus deseos fueran realidad, y los quema frente a tus ojos… la gente se ríe (esto es muy importante porque sin no fuera por esa gente, seríamos más fuertes, pero están ahí, destruyéndote poco a poco), hay algunos que lloran contigo, y en sus lágrimas ves las tuyas y el ataque está completo, el MUNDO solo tiene que abrazarte, escupirte en la cara y empujarte fuera del ring; cuando lo hace, tu agradeces que todo haya terminado, que ese enfrentarse a ti mismo, haya llegado a su fin, y te encojes entre tus piernas, muerto de miedo y pides que eso no vuelva a suceder.

3 comentarios:

Carlos Pérez dijo...

Santi el mundo siempre será un bolsa en la que su influencia intentará meterte a la fuerza
solo el poder Dios nos da la fuerza para salir en victoria de aquel lugar, pues todo lo podemos en Cristo porque él nos fortalece.
Super chevere tu articulo.

Sant dijo...

muchas gracias carlitos :)

Sebastian dijo...

Esta súper bueno tu articulo mijin y es la verdad de cuando uno atraviesa el ring de la vida, sigue con esos artículos q tan bacanes e interesantes