Hablemos de la sexualidad un poco más allá del coito y el contacto genital en busca de placer, ya que “si se ama solo en la superficie, a nivel sexual, genital, transformando el amor en un fugaz intercambio de sensaciones epidémicas y egoístas, se puede dar a penas una sensación violenta de placer pero no una verdadera alegría”, como nos dice Pietro Pigozzi en su obra “Sonríele al Amor”. Digamos que el tener sexo es un complemento de la relación amorosa y como dijo un sacerdote en un taller de parejas “la sexualidad es el medio, no la finalidad (del matrimonio)”.
Pero ¿qué son las relaciones amorosas?... partamos del concepto de amor, que aunque es muy difícil definirlo, el autor antes citado, nos dirá que “…amar a un hombre o a una mujer es lo mismo que llegar a descubrir una nueva dimensión de la vida, pues el amor transfigura la existencia…”; y del concepto de relación que, como define la RAE, es una conexión, correspondencia, trato, comunicación de alguien con otra persona. Entonces las relaciones amorosas construyen lazos que transforman a las personas, y es aquí cuando el “yo” de alguien toma fuerza en el autoconocimiento y se disminuye al aceptar el “yo” de la persona amada.
El auto conocimiento es, como dice Israel Benavides, “como tener un foda de uno mismo o un mapa conceptual de nosotros”, corrobora esta noción Mauro Rodríguez Estrada en el libro “Autoestima: Clave del Éxito Personal” diciendo que “el autoconocimiento es conocer las partes que componen el yo, cuáles son sus manifestaciones, necesidades y habilidades; los papeles que vive el individuo y a través de los cuales es; conocer por qué y cómo actúa y siente.” Y es desde este autoconocimiento que podemos partir hacia relaciones más saludables con otras personas ya que “cuando se aprende a conocer a uno mismo se aprende al mismo tiempo acerca de los demás” (Pigozzi). Parte del autoconocimiento se lo encuentra en el arte, la religión y la filosofía como lo manifiesta Hegel, ya que todas estas cosas son parte de la creación humana y nos ayudan a entender qué pensamos, cómo nos sentimos y cuál es nuestra relación con el mundo en determinados espacios de nuestra historia. Mauro Rodríguez Estrada por su parte nos dirá que “es a través de los estados de ánimo, sentimientos y emociones, es cómo se da cuenta que existe (el hombre).”
Una vez que ya nos conocemos a nosotros mismos, somos consientes de nuestras fortalezas y debilidades es cuando estamos en capacidad de entender y conocer las debilidades y fortalezas de otras personas; y es en este punto que podemos abrirnos a los demás. Y solo cuando llegamos a entender a la otra persona, es cuando podemos desarrollar cariño y posteriormente amor. Ya en el campo de la pareja este mutuo conocimiento es el que nos lleva a mantener mejores y más saludables relaciones, ya que el conocernos mutuamente nos permite entender mejor el por qué de muchas reacciones y formas de pensar de nuestra pareja, y una vez entendidas éstas podemos aceptarlas y “en lugar de que se conviertan en puntos de discrepancia se superan y se transforman en fuente de conocimiento” (Harville Hendrix, “Amigos y Amantes”) construyendo un nosotros “fundado en un amor que se vasa en la verdad de la pareja y no en la ilusión romántica”(Hendrix), dejando de lado las nociones de un “yo” y de un “tu”.
Con todo lo precedente podemos concluir que solo el conocernos a nosotros mismos nos permite abrirnos a los demás y generar una noción de nosotros como unidad.
Referencias Bibliográficas:
Pigozzi, Pietro. Sonríele al Amor. Quito, Fundación Jesús de la Misericordia. 2007
RAE: Real Academia del Español, Diccionario de la RAE de Microsoft® Student 2008 [DVD]. Microsoft Corporation, 2007.
Sacerdote citado: Nicola De Guio, italiano, misionero diocesano de Arquidiócesis de Padua.
Rodríguez Estrada. Mauro. Autoestima: Clave del Éxito Personal. Méjico, D.F. Ed. 2, El Manual Moderno. 2002.
Benavides, Israel. El Autoconocimiento. Sitio web.
Hendrix, Harville. Amigos y Amantes, Editorial Norma.
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